La importancia de la Paralización Automática en el Proceso de Quiebra

Es incuestionable el incremento en las peticiones de quiebra en Puerto Rico, lo cual evidencia la situación económica del país. El incremento en el costo de vida se desarrolla a una velocidad insostenible, y cada vez más puertorriqueños se encuentran en la necesidad de endeudarse, no para disfrutar de un estilo de vida de lujo, sino simplemente para preservar un nivel de vida digno.

Por esta razón, resulta fundamental orientar sobre la paralización automática y su efecto en los deudores. La disposición de la paralización automática es una de las protecciones fundamentales para los deudores según el Código de Quiebras. La paralización automática bajo 11 U.S.C. § 362 es una protección esencial otorgada a los deudores en quiebra, impidiendo que los acreedores lleven a cabo acciones de cobro fuera del proceso de quiebra.

La Sección 362 del Código de Quiebras establece que, al presentar una petición de quiebra, el deudor queda inmediatamente protegido por una paralización automática que prohíbe, entre otras cosas, la continuación u otra acción o procedimiento en contra del deudor que se haya iniciado o que pudiera haberse iniciado antes de la petición de quiebra o para recuperar un crédito contra el deudor que haya surgido antes del inicio del caso bajo este título, así como cualquier acto para cobrar, evaluar o recuperar un crédito contra el deudor que haya surgido antes del inicio del caso. 11 U.S.C. § 362(a)(1) y (a)(6).

Esta protección otorga al deudor un período de alivio frente a sus acreedores, paralizando cualquier intento de cobro, acoso o acción de ejecución hipotecaria. Además, le permite gestionar sus obligaciones financieras de manera más estructurada y acceder a un nuevo comienzo, cumpliendo así con el propósito fundamental del proceso de quiebra.

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